miércoles, 14 de septiembre de 2011

¡Una de Bolitas!

          Parece ser que al pequeño principe destronado le empiezan a aflorar sus verdaderos sentimientos por el nuevo miembro de la familia,Gabito. Son sentimientos del tipo Guadiana, porque aparecen y desaparecen cuando menos te lo esperas. Ahora te hago un cariño,ahora te arrastro por el rabo...

       Mi niño es así sensible a la par que brutote. Aún los celos pueden más que la adoración que siente por los animales. Pero, por momentos, gana el lado sensible.

        La otra noche estábamos en su habitación intentando que se durmiera, los dos acostados en su cama escuchando un cd de nanas que cualquier día pide la jubilación anticipada. De normal, mi piojilllo a la tercera canción está dormidito.

    Gabito, el campanillero, le hemos tenido que poner una campanita en el collar porque no estamos acostumbrados a tener perros minúsculos por la casa, entró en la habitación y empezó a cotillear los juguetes que el piojillo había dejado en el suelo. Eric no se enteraba de nada porque estaba más dormido que despierto (ya sonaba la canción número dos). De pronto se encuentra con el correpasillos y empecé a temblar.....¿Estaría encendido o apagado?

    Dudas perdidas, Gabo se apoyó en el teclado y sonó uuuuuh...perrito dice...vamos a jugar... y empezó el desmadre. A Eric se le olvidó que se estaba durmiendo y se le olvidaron los celos. Se acercó al borde de la cama riéndose y empezó a hacerle caricias a Gabo que intentaba subirse a la cama con su pequeño dueño.

   Como Gabo no podía subir Eric bajó a jugar con él. La fiesta se montó en un pis pas. Lo bueno era verlos jugar, ver como se le había pasado la tontería de no querer al que se convertirá en su más fiel amigo.

    Tras un intento de sacar a Gabo de la habitación y ver como mi hijo lloraba porque quería que se quedara con él, le pusimos la cama a Gabo a los pies y ambos se quedaron dormidos antes de terminar el cd.

Mis Piojillos
    Esa noche se firmó el armisticio. Ahora cada día son un poco más amigos. Aún hay ni un contigo ni un sin ti pero cada vez menos. Ahora juega con él, lo observa comer, ejem.... alguna bolita de pienso ha probado... pero yo misma he probado alguna golosina que tenía como loco a Gabo I así que mejor no decirle nada o la próxima vez que salgamos a comer pediremos Bolitas para Todos...

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